Incluso el clima tiene esta manera de hacerse cargo de tus sentidos, su impacto es inmediato. Desde el momento en que llegué a Bangkok, me consumía el calor y la humedad en el aire. Era medianoche. Al principio uno lucha para dormir debido al desfase horario, pero luego te das cuenta de que el dormir es la última cosa que quieres hacer de todos modos porque te das cuenta el ambiente de la ciudad cambia con cada hora que pasa. No podía hablar el idioma, e hice lo posible por no descuartizar las pocas palabras que conocía, pero incluso cuando he fallado, sin importar a donde fui, la gente me sonrió, eran atentos cuando les pregunté si podía tomarles una foto, y han hecho todo lo posible para hacerme sentir como en casa.
Dormir o no dormir
Esta es probablemente una de las decisiones más difíciles que usted hará a su llegada. Cualquier cosa maravillosa que uno puede experimentar durante una excursión de un día no se acerca a la comparación con la escena de la noche, y usted querrá estar despierto para ambos. Los sonidos, los colores, los olores - algunos más interesantes que otros, que ayudan en el proceso.
Manjares más únicos que el pad Thai son más fáciles de encontrar, especialmente al caminar a través de los mercados abiertos. El mercado y los puestos de comida de la calle tienen esta capacidad de inspirar un espíritu de aventura en casi todo el mundo que pasa por ahí, tan es así que de repente comer gusanos de seda a la parrilla en un palo podría parecer como una idea bastante buena. Personalmente, prefierí el arroz a la parrilla en un palo, sólo una de las muchas veces que tuve la oportunidad de comer arroz - que era casi siempre!
Forma divertida de moverse
Una manera divertida de moverse es por montar un tuk-tuk, llamado así por el sonido que el motor hace al pasar entre las calles concurridas y el tráfico. Claro, es más una cosa turística en estos días (los taxis te dejan menos despeinado), pero es algo que debe hacer y una manera barata de disfrutar de la ciudad o pueblo que esté visitando. Algunas personas sienten que es necesario regatear en el precio de estos paseos. Pensé que el gusto de hacerlo superaba los dos dólares por persona. (Consejo de viaje: Sólo porque lo puedas conseguir más barato, no significa que siempre tengas que hacerlo.)
Un templo y una oración
Los visitantes están seguros de conseguir su ración de visitas del templo, cada uno con sus propias características e historia. Algunos templos son pequeños e íntimos, mientras que otros son grandes e impresionante. Es importante ser consciente de los códigos de vestimenta al visitar los templos. Por ejemplo, usar zapatos que puedan deslizarse fácilmente dentro y fuera, ya que hay que quitarse los zapatos antes de entrar. Las mujeres también deben llevar un chal para cubrirse si llevan un vestido o top que expone sus hombros. Algunos templos incluso tienen reglas para los colores que no se deben usar al entrar.
También es importante ser consciente de los que están en la oración. A pesar de algunas limitaciones que se colocan a los visitantes para tomar fotografías en los templos, es educado permanecer consciente del hecho de que estos son los lugares de culto, y que los clics de las cámaras y posicionarse para las tomas podría ser intrusivo. Una cosa que me encantó de la cultura es su dedicación a sus prácticas y normas espirituales. Me obligó a no sólo ser más zen, sino también a respetar el zen de los demás.
Una visita no es suficiente
Cada región, cada pueblo, cada ciudad tiene su propio ambiente, tradiciones, e incluso dialecto. Áreas como Chiang Mai se han convertido en un favorito de expatriados y viajeros, al igual que las playas de Phuket. Sin embargo, hay ciudades en el Norte, como Loei, que también tienen mucho que ofrecer, incluyendo un clima más fresco. Por supuesto, todo esto requiere mucho más tiempo o incluso varias visitas para explorar a fondo.
Yo diría que, en un viaje rápido, las cosas para no perderse incluyen la participación en un ritual de donación de madrugada a los monjes y un crucero por el río Mekong.
Y no importa donde se encuentre, ya sea en un restaurante en una azotea de Bangkok o en los senderos de la montaña Phu Tok, asegúrese de tomar el tiempo para detenerse y disfrutar de una salida del sol, puesta de sol, o ambos. Porque cuando se trata de Tailandia, la exploración se hace mejor con un ritmo lento, un estómago hambriento, una sonrisa - para complementar la de su gente encantadora, y los ojos de par en par para que no se pierda nada. Siempre se puede recuperar el sueño en su vuelo de regreso.
